Sí pues, hoy un domingo como los que no había tenido hace tiempo, se reunió mi familia en una de esos almuerzos, esos almuerzos fomes donde te enteras de los últimos cahuines de tus tíos y tías, cosa poco agradable, que para mí no me interesa, yo voy solo para ver a mis abuelos y ellos son un complemento inecesario a la visita.
Mis reuniones familiares son como todas las demás se llega temprano para ayudar a cocinar (yo no pero hago apoyo moral que es lo importante) se espera que este listo el almuerzo, miestras eso leo el diario o converso con la familia, que me preguntan cómo me va en el colegio o qué si tengo pololo, cosas por el estilo. Luego llega el momento de sentarse a la mesa, todos en los mismos lugares de hace 15 años, se conversa primero de como se hizo la comida, de como han estado cada uno y cada uno cuenta como anécdotas cosas terribles de su vida, enfermedades, robos o problemas con los hijos (como yo estoy presente no me pelan, ¡qué bueno!), miestras eso pasa, trato de comer lo más rápido posible para tratar de no escuchar la conversación. Pasa la incomodidad y uno se traslada al patio, ese patio donde fuman, comen y siguen con las conversaciones de la mesa, se dan datos de remedios y se recomiendan médicos, cosa horrible, porque no hay nada peor que hablar de esas cosas y algunas dan asco. Luego viene la tradición de ir a comprar helado después de un tiempo de reposo, yo no voy porque yo nací cansada, así que me siento en el sillón y espero a que eso termine. Vuelven me tomo el helado, y después leo revistas de la semana y espero a que mi mamá diga la frase del día: "¿Nos Vamos?", yo respondo con un efusivo Sí y nos vamos me despido cariñosamente de mis abuelos y friamente de mis demás parientes, con un sonrisa forzada, y luego me voy y llego a mi dulce casita.
28.10.07
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